La revolución de la información y de la comunicación es ya una
realidad y la sociedad no puede
comprenderse sin la imparable influencia de las nuevas tecnologías. También el
futuro va a ser distinto, no sólo por la dinámica de los cambios sino por las
impredecibles consecuencias de las próximas
innovaciones
Las tecnologías de la comunicación y de la información (TICs) están presentes
en todos los ámbitos de la vida diaria: en el trabajo y en el ocio, en las
relaciones sociales, en la búsqueda de la información, en la estructura de los conocimientos y en los intereses y
motivaciones de las personas. El correo electrónico, por citar un
ejemplo próximo y popular, está sustituyendo al correo postal tradicional. Pero
no solo está aumentando la conexión entre las personas, sino que está
modificando también las formas y los estilos de escribir y de comunicarse.
Compárese un mensaje electrónico o telefónico, acéptese que todavía se pueden
separar ambos, con una carta escrita con voluntad de echarla al buzón,
expectativa de que el destinatario la lea tres o cuatro días después y
esperanza de recibir respuesta al cabo de varias semanas. No hay joven en la
actualidad que aguante semejantes periodos en sus relaciones sociales
La extensión de las TICs está modificando
los entornos educativos y los propios procesos de enseñanza y aprendizaje. La búsqueda de
información por Internet se está
incrementando de forma imparable y está sustituyendo a las tradicionales consultas a manuales o
enciclopedias. La familia que se congregaba
en las últimas décadas en torno al televisor empieza a disputarse el uso
del ordenador. Los alumnos eligen entre sus actividades preferidas los
videojuegos y es ya bastante usual encontrarlos jugando los sábados y domingos
en salas públicas de ordenadores. Poco a poco, las nuevas generaciones sustituyen las páginas escritas por la información multimedia, la selección de la información
entre escasas alternativas por la selección
entre innumerables posibilidades. La realidad que se está imponiendo es que el
ordenador está transformando las experiencias de las nuevas generaciones y está abriéndose camino en las escuelas. Lo que falta
por averiguar todavía es su
impacto en el desarrollo y en el aprendizaje de los alumnos
Las ventajas que se han atribuido a las TICs como
instrumentos de mejora de los aprendizajes de los alumnos son numerosas.
Ø La primera es su capacidad para crear contextos de aprendizaje que abren
nuevas posibilidades de información y de comunicación y que conectan con alguna
de las competencias que son necesarias para desenvolverse en el siglo XXI.
Ø La segunda es su interactividad. Los estudiantes pueden adentrarse con
más facilidad en experiencias de aprendizaje en las que reciben nueva
información, están en contacto con otros aprendices, comprueban sus avances y
dificultades y pueden ensayar estrategias
diferentes para construir sus conocimientos.
Ø En tercer lugar, los programas informáticos pueden
transformar nociones abstractas en modelos figurativos, lo que
facilita su comprensión y su aprendizaje.
Ø En cuarto lugar, la utilización de los ordenadores en la escuela aproxima el entorno escolar a otros
entornos del alumno [familia, amigos], lo que facilita la transferencia
de los aprendizajes de unos contextos a
otros.
Ø Y finalmente, el ordenador puede ampliar las
relaciones de los alumnos y de los profesores con otros
maestros o aprendices. Es posible establecer relaciones con otras clases, otras
escuelas, otros centros de trabajo, otros
grupos innovadores, de tal forma que profesores y alumnos se encuentran
con profesores y alumnos que comparten sus mismos objetivos o con profesionales
que van por delante pero que están dispuestos a ser los maestros.
Hoy las tecnologías de la información y la
comunicación (TICs) podrían constituir un gran potencial para mejorar el acceso
y la calidad
de la información. Brindan posibilidades de vencer las distancias geográficas,
de fortalecer el
aprendizaje autónomo, de formar y capacitar a los educadores, de
acceder a una información planetaria en todos los ámbitos. Las TICs son cada
vez más necesaria en el contexto de sociedades
rápidamente cambiantes en las cuales el incremento de los conocimientos y la
formación de alto nivel y en continua actualización, se convierte en una
exigencia permanente. Sin embargo, las TICs también incrementan la brecha entre
quienes ya tienen acceso a la educación y quienes no. En los países pobres y en
las actuales condiciones, estas tecnologías pueden no estar disponibles; pero,
por muy extraño que parezca, la nueva realidad que se presenta ante estos
países es que no pueden abstenerse de su utilización.
El uso de las TICs ha significado un adelanto
incuestionable para la transmisión de información, pero también a traído una
disminución de tiempo de comunicación entre las personas y, en especial, entre
los sujetos o factores que intervienen en los procesos de aprendizaje. Para
algunos, las TICs podrían ofrecer a cada escuela la oportunidad de formar
verdaderas comunidades de aprendizaje, orientada a la cooperación y a la
interdependencia, en lugar de la competencia
y el individualismo. Para otros, las TICs fortalecen ese individualismo y limitan
la socialización.
En los nuevos modelos educativos que pretendemos,
donde el rol tradicional del maestro ha evolucionado, el uso de las nuevas
tecnologías lleva en si un conflicto,
el del poder por control
del proceso, que el ámbito escolar no significa que el profesor
pierda su responsabilidad,
dirección
y control del proceso de enseñanza, pero se cambian determinados roles que en
el acceso y la transmisión de los conocimientos, estaban en su poder absoluto.
Evidentemente, el rol tradicional del docente hoy
es mayoritariamente cuestionado. Ya no estamos en presencia de ese profesor
orador, en posesión del poder absoluto en el ámbito escolar, el cual poseía la
información en cantidades memorísticas y la transmitía bajo criterios mecánicos
sin hacer pensar o reflexionar a los alumnos sobre el por qué y para qué de la
información, sin poder discernir el cómo aplicar dicho conocimiento para que
resulte significativo y trascendente en su vida social.
En este proceso donde el buen maestro del aula es
insustituible, a partir de un diagnóstico
integral de cada miembro de su colectivo de aprendizaje, en el cual, como parte
de ese grupo
humano, es uno de sus más importantes eslabones, para lograr así, que la
información recibida a través de las TICs, se transforme en conocimiento y se
le conciba como aprendizaje, y que en, todo este proceso exista un ambiente
de aprender, de armonía, de curiosidad por lo nuevo, un pensamiento
inquisitivo, crítico y de alegría por la convivencia socializadora.
El docente del aula y el que concibe el material
audiovisual o programación
televisiva deben brindar, cada uno desde su posición, los elementos
indispensables para que el proceso sea a partir del aprendizaje del propio
alumno, su construcción
individual y grupal del conocimiento hacerlo capaz de estar en permanente
actualización, formación y alcanzar esa capacidad de poder crear y arribar a
los niveles superiores del conocimiento y de realización como ser humano.