domingo, 16 de noviembre de 2014

La Telemática una nueva alfombra para el conocimiento



La Telemática una nueva alfombra para el conocimiento
La telemática ha permitido el desarrollo vertiginoso de aplicaciones al campo educativo. Hoy por hoy, es el recurso más versátil y económico de comunicación disponible en los medios académicos. ¿Cuáles son las alternativas disponibles? Además del correo -llamado ahora de «caracol»- el teléfono es quizás el medio ideal, pero su costo lo puede hacer prohibitivo. Entre los otros medios el teletipo, es ahora de uso muy restringido y ha sido desplazado por el telefax o fax, que permite el envío directo de documentos. Pero estas alternativas tienen como desventaja, además de su alto costo, otras de tipo práctico. Un mensaje de fax cuando pasa de las diez páginas ya es una molestia, tanto para enviarlo como para recibirlo y, la limitación general de todos estos medios es que sólo permiten enviar un mensaje a la vez.
Pero la telemática, a través de sus diferentes modalidades, permite, en forma eficaz y sorprendentemente económica el tráfico de información. Permite enviar o recibir información actualizada, sin que haya limitaciones sobre la longitud de los documentos y, para los mas avezados, sin ninguna restricción de formato. El único requisito es que estén contenidos en archivos electrónicos. Se pueden hacer consultas, sin muchos preámbulos, de una nueva manera. Basta preguntar a un colega lo que se desea saber, aún sin conocerlo. Se puede lanzar una pregunta sobre el problema que se tenga a una Lista electrónica y obtener respuestas con la solución de un día para otro. Se puede tener acceso a los catálogos de las mejores universidades del mundo. Existen revistas electrónicas. Es ahora posible leer un artículo la misma semana -incluso el mismo día- en que fue publicado. Las redes telemáticas académicas y científicas-o Redes TAC-ofrecen éstas y muchas otras ventajas a sus usuarios.
La telemática es el producto, por una parte, de las presiones por manejar eficazmente información y, por otra, de la combinación de dos tecnologías de punta: las telecomunicaciones y la computación. Los avances en telecomunicaciones han sido impresionantes: el uso de satélites y la fibra óptica han permitido el crecimiento exponencial de las comunicaciones. Dentro de la computación los avances son igualmente impresionantes. Destaca el concepto de red de comunicación que, desde hace mucho, vienen utilizando los bancos y las líneas aéreas así como las organizaciones militares, especialmente en Estados Unidos. Luego las universidades han aprovechado este concepto y desarrollado redes de cobertura global en esta aldea global en que ha sido convertido nuestro planeta gracias a la telemática.

La telemática es la más reciente de las tecnologías. Como suele suce­der, luego de la aparición de una nueva tecnología, se le buscan aplicaciones a la educación. En los años sesenta, Estados Unidos para reponerse del impacto que representó quedarse atrás en la nueva tecnología espacial, sus gobernantes decidieron impulsar el desarrollo de su sistema educativo, intentado poner a su servicio -entre otras cosas- las tecnologías disponibles y surgió así el concepto de tecnología educativa.
No es posible discutir aquí en detalle el impacto de este enfoque tecno­lógico al campo educativo. A simple vista los resultados no han sido muy halagadores (Stevenson, 1992). Ni en su país de origen, Estados Unidos, ni en otros países desarrollados, mucho menos en los países latinoamericanos. En Venezuela, podría fácilmente hablarse más de una tecnología de la confusión que de una tecnología de la educación (Orantes, 1985). Una alta proporción de los egresados de esta disciplina deambulan trabajando como docentes en las más variadas asignaturas, sin que quede claro la naturaleza de su rol, ni existan facilidades ni demandas para ejercerlo.
El problema de fondo parece ser que dentro del campo de la educación no se ha tomado conciencia de la responsabilidad que le toca a los docentes frente a las tecnologías. Es a los docentes a quienes les corresponde proponer los requerimientos que sus necesidades le plantean a las tecnologías dispo­nibles a fin de satisfacer necesidades muy particulares. Pero también solicitar el desarrollo de nuevas soluciones tecnológicas.

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